lunes, 15 de octubre de 2007

¿"Autosabotaje"?

La continua evocación de lo “aún no escrito” (“las líneas por seguir”) y su relación con el texto en proceso de producción (“lo hasta ahora escrito”), ha sido el recurso del que me he valido para darle curso a los tres arrebatos que conforman el contenido de este incipiente blog.

Hablar de ello, puede generar confusión si no se considera que este blog es un trabajo "terapéutico-literario" que rastrea en mi experiencia un tono, una estética extraviada en la vida cotidiana. Pero, para quien escribe, revelar una clave de lectura de este texto que conforman las “cuartillas” escritas, significa un intento de cohesión (externa) de las mismas.

¿Qué cohesiona, o mejor, qué cohesionará las cuartillas “por escribir”?, es la pregunta que, apresurada, se impone al curso del texto amorfo que es “hasta ahora” sólo una cuartilla.

Las implicaciones de tal pregunta, además de inoportunas, pasan por alto, la única regla no escrita del blog: una cuartilla al día, o si se prefiere, a la vez. En ningún momento tampoco se ha escrito: el tema será este o aquel. En su lugar tampoco se escribió que escribiría de lo que el día o la “vez” dictara. De manera que escribir las reglas no escritas, resulta ser una indiscreción conmigo mismo, pues se detiene con preguntas a quien se dispone a dejarse llevar por el azar de la imaginación, o la experiencia cotidiana (tal como lo hacen quien-sabe cuántas personas en sus blogs). ¿Acaso es esto lo que algunos psicólogos han acordado en llamar autosabotaje?

De acuerdo con el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, “sabotaje” significa: “oposición u obstrucción disimulada contra proyectos, órdenes, decisiones, ideas, etc.”. Para efectos de “lo escrito” (nótese, “lo escrito” una vez más), el valor de esta definición, recae sobre la palabra “disimulada”. Es el disimulo el que acompaña a la obstrucción en el nacimiento del sabotaje, dicho de otro modo, la obstrucción no vive por sí sola cuando de sabotajes se trata. Es ese disimulo autocomplaciente, el que seguramente notaron los psicólogos al bautizar algunos actos de sus pacientes como autosabotaje, el mismo disimulo autocomplaciente que matiza las tres cuartillas (y ahí va nuevamente) “escritas hasta ahora”. El tono nostálgico, la referencia al pasado como recurso, es, para mi propia decepción un lugar común en mi escritura y es quizá este lugar común el que me mantiene paralizado.

A ver qué dice José, mi psicólogo.

1 comentario:

alfr3do dijo...

Qué bueno que sigues escribiendo. Me impresiona el conflicto que te genera escribir, se nota mucha tensión en el acto mismo, mucho cuestionamiento. ¿Es porque no tienes otra cosa de qué escribir, o realmente te genera tal conflicto el sentarte a hacerlo? En "lo hasta ahora escrito" no vislumbro mucho de los temas que dices que pretendes explorar: identidad y memoria.

A veces me gustaría leerte escribiendo de otra cosa que no sea escribir o el ejercicio terapéutico-literario en cuestión. Si quieres una crónica, género que sé que te gusta y no se aleja de tu realidad y aborde más directamente la identidado la memoria.